El tifón Haiyan. La tragedia de un país.

Más de 10.000 muertos.

Esta es la estimación próxima del número de victimas solamente en la región de la isla de Leyte. El supertifón bautizado como Yolanda ha causado una gran destrucción y desolación a su paso por Filipinas. Los vientos de más de 300 km/h provocaron la subida de las mareas y los oleajes, lo que provocó inundaciones en las costas.

Estado en el que ha quedado el aeropuerto de la provincia de Leyte, una de las más afectadas por el tifón.

"Ya está todo saqueado, incluso la gente ha destrozado los cajeros para sacar el dinero" afirma el gobernador.

Debido a la falta de agua potable y alimentos, los supervivientes han empezado a saquear todas las tiendas y comercios a la espera de la llegada de la ayuda humanitaria. El gobernador de la provincia de Leyte, Roger Mercado, declaró a la televisión: "La situación en Tacloban es caótica ahora. Ya está todo saqueado, incluso la gente ha destrozado los cajeros para sacar el dinero".A su vez Voltaire Gazmin, ministro de Defensa filipino aseguró: "No hay electricidad, ni hay agua potable, ni comida, nada. La gente está desesperada".

Ciudadanos de la región recogen alimentos lanzados desde un almacén.Reynaldo 

Balido indica que la cifra de muertos aumentará en las próximas horas.

"Se espera que las cifras de víctimas aumenten en las próximas horas cuando comiencen a llegar los informes de las zonas devastadas" indica Reynaldo Balido, portavoz del organismo gubernamental. Igualmente, la agencia filipina señala que unos 4'5 millones de personas se han visto afectadas por el tifón, de las cuales 330.000 están de en centros de evacuados. El ministro de Interior ha afirmado que hay muchas dificultades para contabilizar los cadáveres y los daños producidos a ciudades y pueblos.

Por su parte, unidades de todos los países se han movilizado para enviar ayuda a Filipinas. Se están enviando toneladas de alimentos, agua potable, médicos, unidades militares, vehículos para la asistencia médica, etc..

Un hombre lleva a su hija en brazos tras el desastre causado por el tifón.